Las corrientes de la construcción son inescrutables, como los caminos del Señor, pasamos por el barroco, el romanticismo, el gótico... y llegado el momento, con Galicia a la cabeza, nos vemos inmersos en el mundo del "feísmo", ¿de que estamos hablando? pues de esa modalidad aquitectónica que se guía por los principios del: "hago lo que quiero y donde quiero". Su nacimiento se remonta a mediados del siglo pasado, quizás algo más tarde, cuando nuestra compañera la arcilla cocida (véase ladrillo, en todas sus formas y colores) se empieza a hacer un hueco en nuestras vidas, llevando de la mano al bloque de hormigón prefabricado que tantos días de gloria ha dado al pueblo gallego (aunque ni mucho menos solo a nosotros) en forma de muros o garajes.
Supongo que es un tema bastante trillado ya por mucha gente, pero la salida al mercado de una nueva revista gallega llamada Retranca, que se hacía eco de todo este tema, me ha devuelto este tema a la cabeza y me he dispuesto a comentarlo.
Se puede ver el "feísmo" desde el punto de vista de que hacer este tipo de construcciones está bien porque son más baratas y mucha gente no se puede permitir hacer una casa de piedra, pero es que no solo hablamos de eso, hablamos de cosas como estas...

O como esta, en la que se puede ver como un elegante muro de bloque adorna un impresionante balconcito de piedra que ya quisieran en la mejor de las mansiones...

También tenemos la version del "collage visual" como obra de arte...

O el "no va más", la madre de todos los feísmos del mundo, para quien no lo haya visto nunca puede suponer un shock de dimensiones desmesuradas, pero para quien se fije un poco cuando va por la calle es simplemente una muestra más de urbanismo incontrolado, de como las licencias de obra se dan como quien reparte cromos, o mejor dicho como quien los cambia, y todos sabemos cual es el otro cromo...

Supongo que estamos ante un riesgo, pero tampoco vayamos a ponernos dramáticos que tambien hay buenos ejemplos, como algunos pueblos gallegos, o aldeas gallegas en los que la corriente es la contraria, un señor prepara su casa, tira sus "alpendres" y remodela sus naves y garajes hasta dejarlo todo precioso, y es entonces cuando por una extraña razón, los demás habitantes de tan singular lugar van detrás de él a arreglar todos los "feísmos" y despropósitos que han ido acumulando con el paso de los años, con lo cual nos queda un precioso pueblo digno de visitar y envidia de los lugares vecinos.
El "feísmo" existe, pronto será patrimonio de la cultura gallega pero entre medias podemos disfrutar de esos poetas de la construcuión tradicional que nos regalan sus más bellas composiciones.