27/4/09

"Rock Nacional" argentino (texto completo)

27/4/09
La Balsa. Preludio.

Este texto tratará sobre el rock argentino, lo que allí se entiende como “Rock Nacional”, todo ello con mis posibles errores de concepto, de política y algunos olvidos que los que lo vivieron no me deberían perdonar, sin embargo, he de decir en mi defensa que es complicado mantener el orden, conocer a los artistas y rememorar sus conciertos, siendo un meirense del 84 hablando sobre una historia que graba sus primeros notas en Buenos Aires en el 68. El texto estará dividido por capítulos que comenzarán con el título de una canción muy significativa de cada uno de ellos, vamos a ello.

El “Rock Nacional“, es el movimiento musical y cultural que despertó a la Argentina de los años 60 y no sucumbió a las dictaduras que se estaban sucediendo, fue un movimiento valiente y de incomparable valor artístico, del que intentaré hacer un repaso para quien quiera zambullirse en esta historia, partiendo de finales de los sesenta y hasta principios de los noventa, punto en el que mi interés por lo que se hace no pasa de ser nuevos discos de los viejos artistas y pequeñas novedades interesantes, pero nada comparable a los 25 años anteriores.


Muchacha ojos de papel. Los primeros tiempos, 68-74.

Año 1968, Buenos Aires. En el local La Cueva es donde se marca la salida, pero nombremos a la gente que dio esos primeros pasos, ahí estaba Tanguito, luchando contra el mundo y componiendo “La Balsa” junto a Litto Nebbia, la cual populariza su grupo Los Gatos y consigue un éxito rotundo con más de 200.000 copias en pocas semanas, en esos años aparecen muchos más artistas como Ciro Fogliatta, Pajarito Zaguri… y poetas desavenidos con el mundo, véase Pipo Lernoud y Miguel Grinberg, que buscaban hacer algo nuevo con su filosofía de aire fresco; ese roquero adelantado a su tiempo, Moris, ya hacía disfrutar a las minorías como después hizo en Madrid, su canción “El Oso” es otro mito de los primeros años. Al poco tiempo saldrían bandas de rock más convencionales en lo que se refiere a su formación, tales como Almendra, Manal, Vox Dei… estilo clásico mezclado con blues, metal, rock pesado o acústico; coetáneamente (por 1970 más o menos) surgen cantautores como Raúl Porchetto o León Gieco… Miguel Abuelo, los hermanos Makaroff… la explosión del movimiento acústico con Pedro y Pablo, Santaolalla… y enseguida llegaría la hecatombe llamada Sui Generis (Charly García y Nito Mestre), los primeros en llegar a las masas, en llenar estadios, en asustar a los represores… una banda mágica e irrepetible… también Billy Bond y la Pesada les hicieron pasar un mal trago a los opresores con su mítica frase: “¡rompan todo!” durante un concierto en River (si mal no recuerdo)… definitivamente los primeros setenta resultaron muy fructíferos y canciones como “Muchacha ojos de papel”, “Catalina Bahía”, “Génesis” y los himnos de Sui Generis: “Canción para mi muerte”, “Rasguña las piedras”, “Aprendizaje”… aun están presentes hoy en día y serán imborrables de las retinas de los argentinos, un pueblo con memoria musical. Por esa época de los primeros 70 nació también la poesía de Alejandro de Michele con el dúo Pastoral, el supergrupo Porsuigieco, Pappo ya llevaba unos años enseñando blues por los locales de BsAs… mientras tanto Almendra llegaba a su fin y su líder Luis Alberto Spinetta formaba Pescado Rabioso, un lujo para los sentidos cuyo disco Artaud de 1973 fue elegido recientemente el más importante del rock nacional por un jurado de gente relacionada con la música, un par de años más tarde Pescado Rabioso se deshacían y aparecía Invisible, otra enorme banda de Spinetta.

En esos tiempos, mediados de los setenta, las dos grandes figuras del rock argentino, L.A. Spinetta y Charly García, eran los líderes de las bandas Invisible y Sui Generis, pero por diversos motivos se deshicieron, el disco en directo “Adios Sui Generis” de despedida de los mismos fue un punto de inflexión dentro del “Rock Nacional”, no en vano todo el mundo recuerda a Charly despidiéndose del multitudinario público con su mítica frase: “Nos vamos, chau, chau, chau, chau, chau…”, sin embargo poco tardaron en salir nuevas propuestas… endureciendo el sonido… era el momento de abarcar el rock sinfónico, el rock progresivo, la ópera rock… y ellos iban a estar, como no, en la vanguardia de los nuevos sonidos.


Seminare. El rock y la dictadura, 74-82.

En estos primeros ochenta se forman La Máquina de Hacer Pájaros, Crucis… y muchas más bandas progresivas, León Gieco saca discos con canciones tan conocidas como “Sólo le pido a Dios” (por citar una canción españolizada) o “El Fantasma de Canterville” (compuesta por Charly García) mientras Spinetta nos deleita con dos discos en solitario. Muchos dicen que La Maquina fue la banda más completa de Charly sin embargo no consiguió el éxito de Sui Generis, las canciones de larga duración (que ya asomaron en el excelente disco de Sui Generis “Algunas anécdotas para las instituciones”) y la sobrecarga musical de los discos no se aceptaban todavía en la sociedad argentina de la época, habría que esperar a Seru Girán y Spinetta Jade para que García y Spinetta volvieran a llenar estadios, incluso de forma conjunta, ese concierto (1980) se recordaría como uno de los momentos álgidos del “Rock Nacional”. Es importante señalar a su vez que la popularidad alcanzada años antes por los grupos y solistas acústicos va perdiendo fuelle ante las nuevas corrientes estéticas y musicales, y en esos años desaparecen bandas como Pastoral, Pappo`s Blues o Crucis.

La represión de la dictadura militar hizo que en esa época, finales de los setenta, muchos artistas emigrasen a España, casos como los de Sergio Makaroff, Ariel Rot, Alejo Stivel o Moris. En nuestro país también fueron ellos los precursores del rock de autor, caso de Moris, y del rock n roll, caso de Tequila, y sobre todo de cantar rock en castellano; para los que quedaron fueron tiempos difíciles, de luchar contra la represión y contra el “señor manos tijeras” (la censura en las letras), pero lejos de abandonar en los momentos difíciles dieron una vuelta de tuerca más a su creatividad literaria componiendo canciones protesta que salvaran el escollo de la censura.

Estamos en 1978, año crucial, cuando parecía que el rock nacional agonizaba aparece el disco “Seru Giran”, la ópera prima de los mismos Seru Giran, podemos decir que salvaron rock y continuaron la progresión. Para la formación de la banda Charly García y David Lebón estuvieron varios meses en Brasil, escapados de Argentina, componiendo canciones enormes y dando forma a su nuevo proyecto, que contaría con Óscar Moro a la batería y Pedro Aznar al bajo; Moro era ya un músico reconocido, que había tocado con Charly en La Máquina y había formado parte del movimiento fundacional del que hablamos al principio; por su parte Aznar era un bajista muy joven que impresionó a Charly cuando lo vio, los años hablarían de él como uno de los mejores bajistas de Latinoamérica y un gran compositor en solitario. Tal conjunción de talentos dio como resultado la banda más importante e influyente de la historia del “Rock Nacional” argentino: Seru Giran. Su primer disco, de nombre homónimo, no fue aceptado inmediatamente, la gente no conseguía entender todavía lo que hacían, Sui Generis continuaba sus retinas, pero con el segundo disco, “La grasa de las capitales”, consiguieron dar un golpe en la mandíbula del más incrédulo, Seru Giran se convirtió entonces en la superbanda que llegó a todos los estratos de la sociedad argentina; en 1980 editaron “Bicicleta”, quizás su mejor disco y en 1981 “Peperina” con lo que terminaron de redondear el círculo, al año siguiente la banda se deshace porque Pedro Aznar se va a tocar a Estados Unidos con Pat Metheny, pero antes se despiden a lo grande, presentándose en el Luna Park en un concierto memorable, en el que presentan en exclusiva la canción “No llores por mí Argentina”, éste fue el lacito de lujo que pusieron a su historia. Para la memoria dejaron canciones como: “Viernes 3 AM”, “Seminare”, “Canción de Alicia en el país”, “Peperina”, “Desarma y Sangra”…

En la época de Seru Giran, Luis Alberto Spinetta crea Spinetta Jade, que fusionaba el rock y jazz, incluso balanceándose por momentos hacia el pop y la electrónica, Gustavo Santaolalla edita su fantástico disco “Santaolalla” y artistas como León Gieco, Litto Nebbia, Vox Dei o Pappo siguen cosechando buenos discos de público y crítica. Pero se acercaba el fin de la dictadura militar y ese sería un momento de cambio muy importante para la música en Argentina, la nueva ola llega con fuerza, aterriza el pop, la música bailable de Charly, nuevos cantautores, el rock underground…


Cerca de la revolución. La libertad de expresión, 82-89.

El comienzo de la nueva década, los ochenta, nos traerá el cambio hacia una música más accesible y directa, como dice Charly estamos “Cerca de la revolución”, una revolución musical en la comienzan a llamar la atención Patricio Rey y los Redonditos de Ricota (llevaban ya unos cuantos años tocando en lo más profundo del underground), paralelamente aparece en Buenos Aires el trío Soda Stereo, se forma Virus, una banda de nueva ola que trae consigo la fusión de pop, electrónica y otros géneros, Zas (la banda de Miguel Mateos) adquiere gran popularidad, Miguel Abuelo funda Los Abuelos de la Nada (haciendo discos fundamentales y sumamente exitosos, con Andrés Calamaro incluido)… aparecen nuevos cantautores como Juan Carlos Baglietto, Alejandro Lerner y Fito Páez, bandas exitosas como Enanitos Verdes, Los Violadores (precursores del punk-rock), Sumo (la gran banda suburbial de Luca Prodan), Los ratones Paranoicos… se juntan de nuevo Manal y Almendra, y Moris regresa de España… mientras L.A. Spinetta, Charly García y León Gieco siguen con sus andaduras en solitario a la vez que Pappo forma su banda heavy: Riff… en fin, innumerables sucesos que hacen de este periodo el segundo pico de creatividad, si bien es cierto que el comienzo de la democracia ayudó y mucho a que fuera posible. Fue una década dominada en sus primeros años por el pop-rock y la electrónica que poco a poco fue dejando paso al rock suburbial, coincidiendo con los momentos débiles de la economía de Argentina, conviviendo durante todo el tiempo con los nuevos y viejos solistas.

En el 82 Charly saca su primera placa como solista, el primer disco de su trilogía de oro: “Yendo de la cama al living”, poco después Fito Páez edita “del 63” un disco muy bueno que a la postre sería uno de los más importantes de su carrera, en el 84 debuta Soda Stereo con su álbum homónimo, en el 85 Sumo hace lo propio… mención aparte se merece esta banda, fue gestada por Luca Prodan y cantaban en inglés casi todas sus canciones, no saboreó el éxito masivo hasta la muerte de éste por cirrosis, convirtiéndose en un grupo de culto y con un misticismo sin parangón, de la desaparición prematura de Sumo en 1987 surgieron dos grupos muy importantes en estos últimos veinte años: Divididos y Las Pelotas. Continuando a mediados de los ochenta, ven la luz “Clics Modernos” y “Piano Bar” de Charly, con lo que se completa lo que quizás sea la trilogía más inspirada de un músico solista en nuestro idioma, hasta terminar la década Charly continua sacando discos y éxitos constantemente, es una fábrica de hits (“Los Dinosaurios”, “Nos siguen pegando abajo”, “No voy en tren”, “Cerca de la Revolución”...), incluso se junta con su ex-compañero Pedro Aznar para hacer el sublime “Tango”, que tendría continuación con “Tango 4”. Durante estos años Spinetta firma discos de dulce factura como “Kamikaze” y “Privé” (donde se incluye una canción del “disco que no fue” con Charly García: “Rezo por vos”, tema que pasó a formar parte de los directos de ambos artistas) y León Gieco continúa componiendo con éxito discos y canciones de temática social, dibujando canciones entre el rock, el folk y la música popular. De todos modos no todas fueron buenas noticias, el SIDA acabó también por mitificar a algunas de las figuras más importantes, en 1988 morían debido al virus: una nueva estrella como era Federico Moura (Virus) y un clásico atemporal como Miguel Abuelo. Virus continuó, los Abuelos de la nada desaparecieron, comenzando de este modo la carrera en solitario de otro de los grandes solistas en castellano: Andrés Calamaro.

Los nuevos cantautores del panorama musical de esta década estaban encabezados por Fito Páez, que hizo discos fundamentales como “Giros” o “Ciudad de pobres corazones”, además participó en giras y grabaciones de algunos discos de Baglietto y Charly García y realizó un disco conjunto (“La, la, la”) con L.A. Spinetta, pero su punto más álgido aún estaba por llegar, aunque ya hablaremos de ello a su debido tiempo. Cuando Fito ya llevaba a sus espaldas algunos LP´s aparece en la escena solista Andrés Calamaro, un músico ya reconocido gracias a su trabajo con Raíces y sobre todo con Los Abuelos de la Nada (canciones como “Mil horas” y “Sin gamulán” son de su autoría), coincidencias o no, Calamaro también había formado parte de la banda de Charly poco antes que Fito Páez, y el mismo Charly produciría su primer disco: “Hotel Calamaro”, en esta década el bonaerense editaría otros discos importantes como son “Por Mirarte” y “Nadie sale vivo de aquí”, pero tendría que ser en los 90, en España y junto a Ariel Rot, cuando alcanzase el éxito masivo para sus canciones. Por otra parte el gran momento que vivía “Rock Nacional” en estos años hizo que bandas de blues clásicas alcanzaran cierto éxito, estamos hablando de Memphis la Blusera y La Mississippi; de un modo similar Los Caballeros de la Quema y Ataque77 lograron ser reconocidas dentro de sus géneros de rock suburbial y punk respectivamente, además otros estilos como el ska, los ritmos latinos y el reggae también tuvieron sitio desde finales de los 80 con bandas como: Los Auténticos Decadentes, Los Fabulosos Cadillacs, Los Pericos... algunas de ellas prolongaron su éxito a la década siguiente y en algún caso incluso hasta nuestros días.

Pero todavía nos falta por ver la verdadera influencia que tuvieron las dos grandes bandas de la última parte de esta historia del “Rock Nacional”: Soda Stereo y Los Redonditos de Ricota… ¿Tu de quién eres, de los Redondos o de Soda?


De música ligera. El cambio a la última década, 89-97.

Los Redonditos de Ricota y Soda Stereo fueron creciendo en popularidad paralelamente a lo largo de la década de los 80, sacando discos que ya son clásicos del cancionero argentino como “Gulp!” o “Un baión para el ojo idiota” por parte de los Redondos, y “Nada Personal” o “Signos” por parte de Soda, y forjando un enfrentamiento de estilo que desembocó en los noventa creando una división musical en toda Argentina debido a las diferencias de pensamiento de sus fans. Ambas bandas se convirtieron en el mayor exponente musical del país en lo que se refiere a seguidores y a las cantidades ingentes de público que arrastraban (hablamos de muchas decenas e incluso cientos de miles de personas), siendo sus discos “Canción Animal” de Soda (disco que incluía “De música ligera”, quizás el tema más mediático de todo el periodo y en el que se notaba su endurecimiento musical) y “La Mosca y la Sopa” (con canciones tan míticas como “Mi perro dinamita”) por parte de los Redondos, la consolidación definitiva que les condenaría a la masividad hasta su fin en 1997 para Soda Stereo, y 2002 para los Redondos. Sus canciones serán recordadas como los himnos del rock de los 80 y 90 para toda la juventud Argentina de entonces. Por otra parte el líder de Soda, Gustavo Cerati y los líderes de los Redondos, “Skay” Beilinson (guitarrista) y el “Indio” Solari (vocalista), continuaron sacando discos de gran éxito y repercusión desde la separación de las bandas.

De esta forma la década de los 90 comenzó con grandes momentos de los músicos que ya triunfaban en los ochenta, siendo los acontecimientos más importantes de este último periodo los que ellos protagonizaban, sin embargo hay una banda nacida en 1990 que sacudió el rock, escuchándose masivamente en ambos lados del atlántico, no fueron otros que Los Rodríguez. Cuando se juntaron Ariel Rot y Andrés Calamaro en España los dos tenían ya una sólida carrera a sus espaldas, fueran componentes de bandas de éxito (Tequila y Los Abuelos de la Nada) y llevaban varios discos en solitario, pero su conjunción (junto a Germán Vilella y al malogrado Julián Infante) en Los Rodríguez dio un giro a la concepción del rock y se convirtieron en los estandartes del rock latino, saboreando la rumba, la cumbia, la milonga y el tango mezclados con rock n´roll. Tras dos discos que los situaron en el panorama nacional español, en 1993 editan “Sin documentos” (la canción homóloga sería su gran himno) un disco redondo que los sitúa en lo más alto de las listas, después vendría “Palabras más, palabras menos” y la gloriosa despedida en el 96 (en cuanto a éxito se refiere ya que personalmente la banda terminó mal avenida) con un disco recopilatorio-rarezas-directos llamado “Hasta luego” que vendió cientos de miles de copias en Argentina y en España. Los Rodríguez nos dejaron una fuerte huella y las carreras de Calamaro y Rot se vieron relanzadas; para la eternidad quedan temas como: “Milonga del marinero y el capitán”, “Mucho mejor”, “Dulce condena”, “Engánchate conmigo” o “Mi enfermedad”.

Para ir terminado nos queda señalar que a principios de los 90 se le concede el título de histórico a Fito Páez después de firmar “El amor después del amor” (el disco del “Rock Nacional” más vendido hasta ese momento) y continúa cosechando éxitos con: “Circo Beat” o “Euforia”; Cerati saca su primer disco en solitario; Charly vive épocas muy tóxicas junto a momentos de gloria (“Filosofía barata y zapatos de goma”, “Hello!”, la exitosa reunión de Seru Giran…) y cambia su mensaje y su música drásticamente, Spinetta crea una de sus obras más apreciadas “Peluson of milk” y un nuevo grupo: Spinetta y los socios del Desierto… muchas más de las bandas y solistas que nombramos durante todo este texto aprovecharon el cenit de creatividad de estos años y sacaron discos interesantes, pero el final estaba cerca, se palpaba en el ambiente y la caída prometía ser dura; el fin no tiene una fecha oficial pero se la podemos poner, sería mediados de los 90, podría ser el directo de MTV de Charly en el 95 o el final de Los Rodríguez en el 96, podría ser también la edición del último disco “clásico” de Los Redondos: “Luzbelito”, pero faltaríamos a la verdad si no situásemos este punto y aparte en la despedida de Soda Stereo el 20 de Septiembre de 1997 en “El Último Concierto” en el estadio de River Plate, me lo imagino como el momento en que un escalador pone la bandera de su país en la cima del Everest, sonríe y comienza a bajar.


Alta Suciedad. Extras, final y cierre.

Una de las canciones más emblemáticas de Calamaro es un buen título para comentar un poco por encima lo que pasó en España y cerrar la historia que acabamos de contar, no en vano es una canción “española” para una época que no nos deparará grandes sorpresas.

En España hemos tenido también nuestra propia ración de rock argentino: la hegemonía en el rock and roll que tuvo Tequila a finales de los setenta, la huella imborrable de Moris y su contagiosa “Fiebre de Vivir”, el inclasificable disco de Sergio Makaroff: “Tengo una idea”, junto a su desigual pero muy artística carrera en solitario, la trayectoria intachable de Ariel Rot como uno de los mejores creadores de canciones en castellano y un excelso guitarrista (aunque olvidado en Argentina), la aparición del genial Andy Chango, los enormes, nunca mejor dicho, discos de Calamaro y, cómo ya dijimos, la formación y eclosión de Los Rodríguez como una banda mitad española mitad argentina de enorme éxito y repercusión.

Para terminar, me gustaría comentar que dentro de lo que me conocimiento alcanzaba y de lo que mi gusto me permitía considerar he hecho un repaso a groso modo de la música popular argentina de finales de los 60, los 70, los 80 y lo que la inercia nos dejó durante los 90, en esta última década y en el nuevo siglo bandas como Babasónicos (formada ya a finales de los 80), La Renga, La Bersuit Bergarabat, Intoxicados, El Otro Yo, Árbol, Los Piojos o Catupecu Machu, entre otras muchas, sembraron el presente del rock argentino, pero nunca pudieron desbancar y mucho menos superar a los que les precedieron durante las tres décadas anteriores, siendo aún hoy el día en que los discos más emocionantes y completos que aparecen año a año son los de: Spinetta, Cerati, Calamaro, León Gieco, “Indio” Solari, Fito Páez o Charly García, echándose de menos una nueva generación que descubra nuevas tendencias de una forma tan genial y generosamente artística como hicieron sus predecesores, convirtiendo la música popular de un país en un nombre propio: “Rock Nacional”.


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Espero que os haya interesado, gracias a todos los que lo habeis leído y confío en que algún día os sorprenda alguno de los artistas que aquí he nombrado.

Un abrazo.

1 comentarios:

Paris Joel

IMPRESIONANTE! Te nombro mi cronista oficial.
Por cierto, curioso personaje "Tanguito" verdad?
Leyendo tu reportaje me acordé de que tengo un vinilo en casa del grupo "Riff", buenísimo, todos con chupas de cuero, tachuelas y rock and roll por los cuatro costados.
Genial!

 
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