Sin ti, ni siquiera lloro

Te necesito, espero que siempre estés ahí.
Te necesito, para atajar parte de los golpes.
Te necesito, para esos golpes que recibo yo.
Te encuentro en el final de mi “nestea”.
Te espero y te esperaré, cuando no estés,
como un mendigo en el banco de un andén.

Te necesito y supongo, que también mi corazón,
supongo a la belleza en mi interior,
supongo a mis músculos y a mis máscaras.
Supongo que mi ropa vieja está en buenas manos,
creo que en las manos de la necesidad…

Te necesito, no se ponerme a llorar, es superior.
Te necesito, cual extremidad, cual ojo, cual vanidad…
te necesito al lado de un bastón que soy yo,
a ti, sin mi, te cuesta seguir el camino,
yo sin ti soy un cayado vacío,
que no puede caminar, ni llorar…

¡ni sentir siquiera puede!

Que por eso se retuerce, chulo en su pedestal,
e intenta ser interesante, hacerse de rogar.

Te quiero, cielo, sigues siendo una sorpresa sincera,
que un día me enseñó a llorar,
ahora sé que sin ti, ni siquiera lloro…


Dedicada a Vero... porque la necesito.